AHORA TE TOCA A TI

Ahora te toca a ti. Tienes que crear un personaje. La utilidad de elaborar  una biografía durante la caracterización, sirve al escritor para establecer, en primer lugar, la backstory o historia de fondo y, de este modo, el momento de su vida a partir del cual decide empezar a contar la historia. Por otro lado, se asignan también la personalidad y las características propias del mismo: desde maneras de hablar, de moverse, a otros aspectos más concretos como los tics y manías que ayuden a enriquecerlos y a que resulten verosímiles. En ella se definirá el aspecto personal, profesional y privado. El personaje que crees será tu alter ego en este blog,  ese personaje será el que hable e interactúe en las siguientes propuestas que aparezcan en este blog.

Estas pautas te ayudarán a crear el personaje. Crea unas fichas con las características de tu personaje inventado teniendo en cuenta los siguientes aspectos:

Dimensión física: Edad, Aspecto físico, Sexo, Nacionalidad, Nombre del personaje…

Dimensión psicológica: Tipo de personalidad, Temperamento, Objetivos/metas, Conflictos internos…

Dimensión sociológica: Estabilidad en las relaciones, Estado civil, Ámbito familiar/nº hijos, Ámbito profesional/laboral, Rango profesional, Ámbito educacional,Marco espacial, Conflictos externos.

 

 

El ENEAGRAMA

ACTIVIDAD 1. Muchas son las formas y los trucos para crear un personaje. Vamos a ver una de ellas. El Eneagrama proviene de la filosofía sufí y viene a decir que la personalidad del ser humano se podía dividir en nueve tipos o diferentes personalidades. Cada tipo de personalidad representa un mapa de características que denotan patrones de pensamiento, sentimiento y comportamiento. Los nueve tipos son:

1
EL REFORMADOR

El tipo racional, idealista, de sólidos principios, determinado, controlado y perfeccionista

2
EL AYUDADOR

El tipo interpersonal, preocupado por los demás: generoso, demostrativo, complaciente y posesivo

3

EL TRIUNFADOR

El tipo pragmático, orientado al éxito, adaptable, sobresaliente, ambicioso

4
EL INDIVIDUALISTA

El tipo sensible, reservado, expresivo, dramático, ensimismado y temperamental

5
EL INVESTIGADOR

El tipo cerebral, penetrante, perceptivo, innovador, reservado y aislado

6
EL LEAL

El tipo comprometido, orientado a la seguridad, encantador, responsable, nervioso y desconfiado

7

EL ENTUSIASTA

El tipo activo, divertido, espontáneo, versátil, ambicioso y disperso

8
EL DESAFIADOR

El tipo poderoso, dominante, seguro de sí mismo, decidido, voluntarioso y retador

9
EL PACIFICADOR

El tipo indolente, modesto, receptivo, tranquilizador, agradable y satisfecho

 

ACTIVIDAD.

En grupos de cinco imaginad como actuarían estas diferentes personalidades en una fiesta. Imaginad como van vestidos, ponedles nombre, ¿de qué hablan en la fiesta? ¿Cómo se llevan entre ellos? ¿Quién es más amigo de quién? Veréis que es muy divertido y se os van a ocurrir muchas más cosas de lo que pensáis.

TEMPERAMENTO EN LOS PERSONAJES

La estabilidad y la inestabilidad: los personajes estables saben encontrar el equilibrio en las respuestas a las preguntas que se les plantean; mientras que los inestables poseen una mayor fragilidad.

Según la tipología establecida por Hipócrates recogida por Antonio Sánchez Escalonill nos encontramos ante la siguiente cuestión: El problema radica en que es difícil encontrar en un estado puro estos cuatros temperamentos en la vida real y mucho más en la ficción, produciéndose una mezcla de los mismos en distintas dosis, lo que hace únicas a las personas.

TIPOLOGÍAS:

Sanguíneo: tipos equilibrados y simpáticos, buenos comunicadores, sociables y emprendedores. Afrontan los reveses de la vida con calma. No ocultan sus emociones, ni las reprimen con dureza. Inician relaciones con facilidad, son afables y dicen lo que piensan. Seguros de sí mismos. Contagian sus estados de ánimo, buenos o malos.

Colérico: actúan llevados por el impulso y son frecuentes sus estados de euforia. Tienden a dejarse dominar por las pasiones. Son precipitados y espontáneos, incapaces de ocultar opiniones y sentimientos, que suelen brotar en sus explosiones de ira. Precipitados en sus resoluciones. Su inestabilidad provoca rechazo.

Flemático: reflexivos, silenciosos, imperturbables y, en ocasiones, irritablemente prudentes. Miden siempre sus palabras, piensan lo que dicen. Dominan sus pasiones, saben guardar secretos. Su inexpresividad desconcierta a quienes le rodean. Cuando se les conoce de veras, tanto podrían desvelar genialidad y ternura como estupidez y maldad.

Melancólico: tímidos, sensibles, fáciles de herir. Mienten con frecuencia para ocultar sus sentimientos. Se ruborizan con facilidad y, a menudo, disfrazan con una falsa euforia sus depresiones de ánimo. Dudan, tienden al escrúpulo y sienten remordimientos de conciencia Las decisiones rápidas son una tortura para ellos. Su inestabilidad provoca compasión y ofrecen una imagen de desamparo muy atractiva para los personajes femeninos. Reviven sus traumas.

EL TRATAMIENTO DE LOS PERSONAJES EN EL SIGLO XX.

Al margen de la construcción de los personajes estereotípicos que se desarrollaron a lo largo de los periodos clásicos y del XIX, podemos encontrar un tratamiento más psicológico del personaje en la novela del siglo XX. Éste posee una identidad psicológica y moral similar a la de los hombres, es una persona. Y es otra forma de construcción de personajes.

Así proponemos los siguientes modelos de caracterización que se construye alrededor de tres ejes fundamentales:

  • La descripción física
  • La descripción psicológica
  • La descripción sociológica

Algunos autores como Madeline Di Maggio, sugiere una perspectiva psicológica para la caracterización, para lo que aconseja investigar  todo aquello que tenga trascendencia en el pasado y en el presente del personaje y la búsqueda de la característica dominante: una fuerza que le defina y le motive.

Fernández Díez nos detalla la manifestación del personaje a través de las siguientes facetas:

La presencia: su aparición en la historia

Rasgos indíciales: aquélla primera descripción del personaje que transmite información sobre él (su grosor, altura, textura de la piel…)

Elementos artefactuales: todos aquellos aspectos artificiales que complementan al personaje como su ropa, su manera de fumar, su peinado…

La situación: es el contexto donde se sitúa un personaje que puede transmitir gran cantidad de información sobre él mismo. La situación del personaje en la historia en relación a otros, también proporciona datos sobre él.

Por otro lado, diferencia distintos tipos de acciones en el personaje:

– Interna: constituida por los pensamientos y sentimientos de los personajes, cargados de acción dramática.

– Externa: actuación física del personaje (posturas, gestos factuales, expresiones).

– Lateral: lo que ocurre en el entorno donde se desarrolla la acción del personaje.

– Latente: aquella que se desarrolla fuera del texto, es decir, no se ve en texto pero el lector es consciente de que se está desarrollando mientras lee sobre el personaje o lee diálogos del mismo.

Lo primero que debemos tener en cuenta es que un personaje no existe por sí solo, es decir, aislado, sino que aparece siempre en un contexto, con unas influencias culturales según su origen étnico, social, religioso o educativo, en un lugar y un período histórico y con una profesión definida o, en caso contrario, carente de ella. Todo esto son rasgos que determinarán su forma de hablar, su modo de vestir, su modo de actuar y de pensar; es decir, que conformarán su psicología

Los pasos a seguir según Linda Seger (guionista estadounidense) son:

– Obtener una primera idea a partir de la observación o de la experiencia.

– Crear los primeros bocetos.

– Encontrar la esencia de un personaje que resulte coherente.

– Encontrar las paradojas inherentes al personaje para crear complejidad.

– Añadir emociones, actitudes y valores.

– Añadir detalles para lograr que el personaje sea concreto y singular.

 

Existen cuatro áreas de la psicología que definen el carácter interno de un personaje y son las siguientes: el pasado oculto, el inconsciente, los tipos de caracteres y la psicología anormal, indispensables para su comprensión.

EL ARTE NUEVO DE HACER COMEDIAS: PERSONAJES ESTEREOTIPO

El Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo es un texto ensayístico en verso que Lope de Vega leyó como discurso ante la Academia de Madrid en 1609.

El término Arte estaba reservado en aquella época para las obras que se encargaban de regular las creaciones ajustadas a las normas clásicas. Al utilizar el adjetivo nuevo, el autor sugería la posibilidad de superar esas normas (defendidas, entre otros, por Cervantes, Cascales, Argensola y Pinciano)

En este arte nuevo se concentra una serie de teorías en las que Lope propone una nueva tradición teatral. Lo que nos interesa de este texto escrito en verso es como el autor explica como tienen que ser los personajes estereotipo

Los personajes en Lope de Vega no están matizados psicológicamente y no representan grandes pasiones e ideas solo se repiten y definen al igual que en Aristóteles por su forma de actuar, no por su forma de ser, se convierten entonces en modelos sociales.

Aristóteles llama caracteres a lo que hoy llamamos personaje. Según el filósofo los personajes se definen por sus acciones y no por su ‘caracterización’ ya sea por medio de la vestimenta u otros ‘’aderezos’’. A partir de ahora cuando leas presta atención en lo que hacen los personajes, como se dibuja su personalidad a través de sus acciones

A continuación, describiremos los personajes estereotipos en el teatro del Siglo de Oro:

El rey: representa el poder y en quien en los conflictos sociales restablece el orden e imparte justicia. Equilibra y a veces resuelve el conflicto.

El noble poderoso: orgulloso de su linaje, que suele funcionar como antagonista ya que abusa de su poder y provoca el conflicto entre sus vasallos.

El caballero o hidalgo: que mantiene  el orden familiar y aparece como esposo, hermano o padre que vela por el honor o la familia.

El galán y la dama: Son siempre de un mismo grupo social. A grandes rasgos el galán es un hidalgo noble que se caracteriza por su generosidad valentía y atractivo. La dama es bella y sobre todo porque con su astucia logra superar los obstáculos que se interpone entre ella y el galán.

El gracioso y la criada: El gracioso acompaña al galán como criado o amigo y es su confidente y su contrapunto. Su ingenio en hace de algunos momentos menos tensos. A menudo vive una historia paralela a la del galán. La criada de la dama suele ser también su confidente y hace de puente entre dama y galán a menudo se enamora del criado del galán.

LOS ACTORES DE LA HISTORIA

A grandes rasgos hay dos tipos de personajes según el tratamiento psicológico que se les da en una obra.

PERSONAJES REDONDOS: Suelen ser los protagonistas, y habitan más en las novelas que en los cuentos, porque su complejidad exige un desarrollo mayor que el relato coro no puede concederles. Pueden ser contradictorios, no tienen comportamientos siempre predecibles, y evolucionan en algún sentido a lo largo de la novela (cambian de actitud, aprenden, se hacen más tolerantes o intolerantes, crecen…)

Suelen ser los motores de la historia. Lo que se cuenta no es tanto una serie de acontecimientos que encadenados forman una historia, sino una serie de cualidades, pensamientos, actitudes y respuestas ante los problemas de ese personaje. Un personaje redondo cambia de modo que el ser que se nos presenta en la primera página no puede ser el mismo que el que aparece en la última.

PERSONAJES PLANOS: Son aquellos que no revisten tanta complejidad. Todos los secundarios suelen ser planos. Tienen una o dos cualidades que los hacen predecibles en sus comportamientos. Como es lógico, son en conjunto mucho más numerosos que los personajes redondos, y, al contrario de estos, no funcionan por si mismos, sino que están al servicio del argumento de la historia. Son actores secundarios y extras trabajando en una película. Los relatos, por imperativos de extensión, utilizan casi siempre personajes planos, unidimensionales. Y también son planos la mayoría de los personajes (incluidos los protagonistas) de los cuentos de hadas, las novelas de aventuras, policíacas, infantiles, de reinos mágicos o de ciencia-ficción. Hay novelistas que han utilizado especialmente los personajes planos para escribir novelas morales, porque de ese modo podían construir a un egoísta, una romántica, uno infantilizado, uno inflexible, otro desesperado… Y entre los mejores ejemplos estarían Dickens y Galdós.

También hay personajes que nacen como si fueran planos, unidimensionales y luego crecen y se hacen complejos con el transcurso de la historias. Sería el caso de Alonso Quijano, que para los lectores del Quijote fue un personaje plano durante varios siglos, hasta que los críticos pudieron ver que había mucha más complejidad en Quijote y Sancho de la que vieron en ellos sus contemporáneos, porque a lo largo de las dos entregas del Quijote, sus dos arquetipos en contacto permanente sufren un proceso de contaminación mutua, y finalmente Alonso Quijano es un poco Sancho, y Sancho a su vez se quijotiza. En la vida real también suceden esos dos tipos de procesos: por un lado, hay personas que conocemos, no mucho, sólo conocidas, y que nos parece que son planas, sin ninguna complejidad, y que podrían definirse con cuatro palabras, al menos en una primera impresión (que puede durar años), pero con las que luego mantenemos una relación más frecuente o más estrecha, y que de pronto nos muestran otras facetas que en un principio estaban ocultas a nuestra vida; y esa persona de pronto pasa a tener una complejidad que nosotros desconocíamos. Y, en segundo lugar, las personas cambian. No todas, pero algunas sí, para bien o para mal.

PROTAGONISTAS: Son los verdaderos hacedores de la historia. Más que protagonistas, en plural, se debería hablar de protagonista, en singular, porque finalmente hay un protagonista que destaca siempre por encima de todos los demás, que, por decirlo en términos cinematográficos “chupa más cámara” que los demás, y la historia gira a su alrededor. Caperucita es la protagonista del cuento que conocemos, y el lobo es un secundario (necesario para la historia, que duda cabe, y hasta casi co-protagonista), porque si el protagonista fuera el lobo, la historia sería otra muy diferente.

Los protagonistas no tienen por qué ser los personajes más interesantes de la historia, y no tienen por qué ser redondos. Pueden ser perfectamente personajes planos que actúan al servicio de un argumento: los detectives de la novela negra, Indiana Jones, Manolito Gafotas, etc. Aunque, si hablamos de novelas, lo deseable, al menos, es que el protagonista sea un personaje redondo.

PERSONAJES SECUNDARIOS: No tienen posibilidad apenas de ser redondos, porque si adquirieran esa complejidad inmediatamente empezarían a competir con el protagonista. Los personajes secundarios, no son decorativos. Su presencia hace más real y verídica la historia del protagonista, pero si su desaparición no afecta a la historia central del protagonista, entonces sobra.

El monólogo o soliloquio

pensamientos del personaje en voz alta. Constituye una fórmula de manifestación interior en la que no se espera respuesta, haya o no interlocutores. Ejemplo:

SEGISMUNDO: ¡Ay mísero de mí, y ay, infelice! Apurar, cielos, pretendo, ya que me tratáis así qué delito cometí contra vosotros naciendo; aunque si nací, ya entiendo qué delito he cometido. Bastante causa ha tenido vuestra justicia y rigor; pues el delito mayor del hombre es haber nacido.

                   La vida es sueño, Pedro Calderón de la Barca

***ACTIVIDAD: Mira cómo sería una escena en la que un personaje hace un monólogo en el que expresa sus sentimientos y sus miedos de una forma metafórica y escribe qué sensaciones crees que tiene el personaje y sus rasgos de personalidad.

Escena de Blade Runner de Ridley Scott

http://www.youtube.com/watch?v=oURDjJoECTk&feature=fvst

***ACTIVIDAD FINAL: Escoge una de las escenas entre esta pareja que se inician con la música y escribe un posible diálogo entre los dos. Elige uno de los momentos, descríbelo a modo de introducción e imagina que pueden estar diciéndose el uno al otro.

Escenas de Olvídate de mí con música de Dido (Here with me) de Michel Gondry.

http://www.youtube.com/watch?v=0lhHg8u6yB4&feature=fvsr

ACTIVIDAD

***ACTIVIDAD. Mira cómo sería una escena romántica con un diálogo entre dos personajes en el cine. Escribe un comentario con lo que más te haya llamado la atención y valora qué características de las que hemos hablado acerca del diálogo aparecen.

Escena de El Apartamento de Billy Wilder.

http://www.youtube.com/watch?v=YT_wSeKdyXQ

RECUERDA QUE… para introducir diálogos en la narración hay que seguir unas normas:

  • Hay que diferenciar la parte narrativa de la parte dialogada.
  • Debe quedar claro qué personaje habla en cada momento; pero no se debe abusar si está claro de quién son las palabras.
  • El lenguaje de cada personaje debe estar en consonancia con su forma de ser y de actuar.
  • El diálogo escrito debe ser tan espontáneo como el diálogo oral, con interrupciones, exclamaciones, frases entrecortadas…
  • En la escritura, la intervención de cada personaje se escribe en línea aparte y se separa de la parte narrativa mediante un guión.

 

EJEMPLO CLASICO

Veamos un ejemplo de diálogo en  un clásico de la literatura:

ACTO IV. Escena III

DICHOS, DON JUAN

JUAN. ¿A dónde vais, doña Inés?

INÉS. Dejadme salir, don Juan.

JUAN. ¿Qué os deje salir?

BRÍGIDA. Señor,
sabiendo ya el accidente
del fuego, estará impaciente
por su hija el comendador.

JUAN. ¡El fuego! ¡Ah! No os dé
cuidado
por don Gonzalo, que ya
dormir tranquilo le hará
el mensaje que le he enviado.

INÉS. ¿Le habéis dicho…?

JUAN. Que os hallabais
bajo mi amparo segura,
y el aura del campo pura,
libre, por fin, respirabais.
¡Cálmate, pues, vida mía!
Reposa aquí; y un momento
olvida de tu convento
la triste cárcel sombría.
¡Ah! ¿No es cierto, ángel de
amor,
que en esta apartada orilla
más pura la luna brilla
y se respira mejor?
Esta aura que vaga, llena
de los sencillos olores
de las campesinas flores
que brota esa orilla amena;
esa agua limpia y serena
que atraviesa sin temor
la barca del pescador
que espera cantando el día,
¿no es cierto, paloma mía,
que están respirando amor?
Esa armonía que el viento
recoge entre esos millares
de floridos olivares,
que agita con manso aliento;
ese dulcísimo acento
con que trina el ruiseñor
de sus copas morador,
llamando al cercano día,
¿no es verdad, gacela mía,
que están respirando amor?
Y estas palabras que están
filtrando insensiblemente
tu corazón, ya pendiente
de los labios de don Juan,
y cuyas ideas van
inflamando en su interior
un fuego germinador
no encendido todavía,
¿no es verdad, estrella mía,
que están respirando amor?
Y esas dos líquidas perlas
que se desprenden tranquilas
de tus radiantes pupilas
convidándome a beberlas,
evaporarse, a no verlas,
de sí mismas al calor;
y ese encendido color
que en tu semblante no había,
¿no es verdad, hermosa mía,
que están respirando amor?
¡Oh! Sí. Bellísima Inés,
espejo y luz de mis ojos;
escucharme sin enojos,
como lo haces, amor es:
mira aquí a tus plantas, pues,
todo el altivo rigor
de este corazón traidor
que rendirse no creía,
adorando vida mía,
la esclavitud de tu amor.

INÉS. Callad, por Dios, ¡oh, don Juan!,
que no podré resistir
mucho tiempo sin morir,
tan nunca sentido afán.
¡Ah! Callad, por compasión,
que oyéndoos, me parece
que mi cerebro enloquece,
y se arde mi corazón.
¡Ah! Me habéis dado a beber
un filtro infernal sin duda,
que a rendiros os ayuda
la virtud de la mujer.
Tal vez poseéis, don Juan,
un misterioso amuleto,
que a vos me atrae en secreto
como irresistible imán.
Tal vez Satán puso en vos
su vista fascinadora,
su palabra seductora,
y el amor que negó a Dios.
¿Y qué he de hacer, ¡ay de mí!,
sino caer en vuestros brazos,
si el corazón en pedazos
me vais robando de aquí?
No, don Juan, en poder mío
resistirte no está ya:
yo voy a ti, como va
sorbido al mar ese río.
Tu presencia me enajena,
tus palabras me alucinan,
y tus ojos me fascinan,
y tu aliento me envenena.
¡Don Juan!, ¡don Juan!, yo lo
imploro
de tu hidalga compasión
o arráncame el corazón,
o ámame, porque te adoro.

Don Juan Tenorio, José Zorrilla

***ACTIVIDAD. Escribe en el blog sobre las siguientes preguntas:

-¿Cómo es el lenguaje que utilizan los personajes?

-¿Cómo se sienten?

–  ¿Hablarían así dos enamorados ahora? Quizá sí o quizá no, ¡tú decides! Transforma el lenguaje de este diálogo del siglo XIX al que utilizamos en la actualidad.

Como podemos ver, el diálogo es el principal componente de las obras dramáticas o el teatro. La acción avanza, por tanto, gracias a los diálogos propiciados por los personajes, cuyo nombre precede cada una de sus intervenciones, y en ocasiones se apoya en pequeñas descripciones de las escenas, llamadas acotaciones.

ESTILOS DEL DIALOGO

Podemos hablar de tres formas o estilos diferentes de diálogo que dependen del grado de intervención del narrador, según se recogen a continuación.

*El narrador se expresa a través de los llamados verbos de lengua que suelen ir en tiempo pasado. Así, en los textos de los ejemplos, encontramos estos verbos de habla: preguntó, respondió, dijo; replicaba, argumentaba.

 

ESTILOS DE DIÁLOGO EJEMPLOS
Directo: reproduce literalmente las palabras de los personajes que intervienen. ¡No te puedo creer! -exclamó Luis.

-Así es, no le des más vueltas -intentó tranquilizarle su tío.

Indirecto: los personajes hablan a través del narrador. En ese momento Inés le preguntó con rabia qué pensaba hacer con todo ese dinero.
Indirecto libre: el narrador expresa sentimientos o pensamientos que fluyen por la mente de los personajes sin mencionarlo explícitamente. Una vez más Roberto se hizo la eterna promesa de no volver a regocijarse en la desgracia ajena, pues en el fondo temía que algún día fuera él quien sufriera el castigo.
 

Rasgos del estilo indirecto

 

Rasgos del estilo directo

– Un narrador nos cuenta la conversación mantenida entre los interlocutores.

– Para dar cohesión y sentido, se utilizan ciertos recursos:

  • Oraciones unidas mediante verbos y enlaces (dijo que…, sabía que…).
  • Nexos o conectores que unen párrafos o ideas (En fin…, pero…).
  • Formas verbales en tiempos distintos a los de la conversación directa (exigiría, vendría…).
– Escribe literalmente la conversación de los personajes.

– Traduce al lenguaje escrito las mismas palabras y entonaciones de la conversación, usando recursos como:

  • El guión (signo de puntuación) para indicar que habla un personaje o el nombre del personaje directamente.
  • Entre paréntesis van las aclaraciones sobre el carácter o movimientos del personaje.
  • Los signos de interrogación, de admiración…

 

 

 

El Diálogo

El diálogo es propio de la lengua oral,  pero también, aparece normalmente en los textos escritos cuando el autor se esconde detrás de sus personajes y deja que se expresen libremente, sin mediación del narrador. Sucede en la  narración, descripción, exposición, o en otros textos en los que el diálogo sea la única forma de escritura. Ej. Teatro

Las principales características de estilo que se pueden encontrar en un texto dialogado son:

  • Naturalidad: reproduce la forma del habla de cada persona. Por lo tanto, nos podemos encontrar con diálogos en los que se utiliza un lenguaje coloquial, infantil o incluso vulgar, dependiendo de los personajes que hablen y su caracterización.
  • Agilidad: construye un ritmo conversacional mediante expresiones cortas y dinámicas, igual que sucedería en una conversación entre personas.
  • Expresividad: selecciona intervenciones que revelen las particularidades de cada hablante.

El diálogo escrito recrea la espontaneidad de las conversaciones orales a través de pausas y de una alternancia verosímil de la palabra que nos permite conocer mejor a los personajes, como ocurre en el siguiente ejemplo:

José, que nunca se andaba por las ramas, le preguntó:

─ ¿Quieres ser mi novia?

─No.

─ ¿Por qué?

─Me das miedo.

─ Te juro que no te tocaré un pelo de la ropa.

─Mi ropa no tiene pelos.

─ Hablo en serio. Soy capaz de hacer cualquier cosa por ti.

─ ¿Hasta de pegarle a Guillermo? (Guillermo: un cadete.)

─Sí. Y de llevarme por delante a quien sea.

─ Chico, ¡qué fuerte te ha dado!

─ No lo sabes. No hago más que pensar en ti, de día y de noche.

                 La calle de Valverde, Max Aub.

MÁS ACTIVIDADES

Como tarea final haremos una pequeña incursión narratológica en el Quijote, una de cuyas principales virtudes se halla en los diferentes puntos de vista que muestra el autor. La multiplicidad de narradores en el Quijote confiere a la obra un mayor perspectivismo y facilita el conocimiento de los pensamientos de los personajes. En el Quijote intervienen como narradores:

  • Cide Hamete Benengeli
  • El traductor morisco
  • El autor implícito
  • Los propios personajes como narradores de sus historias

El autor implícito no es omnisciente ya que sólo conoce lo que se encuentra en el manuscrito de Cide Hamete Benengeli. Pese a su aparente objetividad, valora subjetivamente la acción e incluso llega a intervenir como personaje. Se podría analizar para ello la aventura del vizcaíno y los capítulos posteriores, donde esta voz narrativa cuenta una historia propia, que nada tiene que ver con la historia de Don Quijote.

Visto este perspectivismo narrativo, si bien no en profundidad, se facilitará a los alumnos una pequeña historia o anécdota en donde intervengan varios personajes y se les pedirá que la cuenten adoptando esta técnica narrativa.

 

 

ACTIVIDADES

Las actividades se centrarán en los puntos de vista que se muestran en los ejemplos anteriormente citados, al ser estos los más habituales en las obras literarias. Os daremos pequeños textos o  anécdotas que tengan el punto de vista de alguna de estas voces narrativas.

ACTIVIDAD

Siguiendo los Ejercicios de estilode Raymond Queneau te proponemos su reescritura cambiando la voz narrativa. Te pedimos, por ejemplo,  cambiar de una primera persona protagonista a un narrador omnisciente, por ejemplo. O de un narrador omnisciente a uno que solo sea narrador. En base a estas combinaciones se puede realizar un trabajo muy útil tanto en la práctica escrita como en la posterior recepción de cualquier libro que se lea, ya que en todo este proceso el alumno habrá podido reflexionar sobre los efectos que tiene la elección del punto de vista en la concepción de cualquier obra literaria.

Una vez que se han realizado estos ejercicios estaremos preparados para enfrentarnos a distintas obras que se caractericen por estos usos narrativos. Aprovecharemos que el Lazarillo de Tormes (y la novela picaresca, cuya sombra se alarga hasta el mismo Eduardo Mendoza y su última novela) aparece en la programación para incidir en el tratamiento de la voz narrativa en 1ª persona; haremos una pequeña incursión en la novela negra de la mano de Vázquez Montalbán y su famoso detective Carvalho, centrándonos en la figura del narrador observador, típico del género policiaco; por último, para acercarnos a la figura del narrador omnisciente, elegiremos cualquier obra del realismo o del naturalismo (Azorín, Galdós o Pardo Bazán serían perfectos anfitriones para este recorrido). Como los alumnos ya han creado unos personajes y se han establecido distintos escenarios narrativos, se podría escribir, investigar en este tipo de registros a través de la creación de una obra coral, fruto del trabajo de toda la clase dividida en varios grupos.

OTROS NARRADORES

Veamos ahora varios ejemplos que nos servirán como guía o referente para las tareas que desarrollaremos en el aula:

Narrador omnisciente

La mañana del 4 de octubre, Gregorio Olías se levantó más temprano de lo habitual. Había pasado una noche confusa, y hacia el amanecer creyó soñar que un mensajero con antorcha se asomaba a la puerta para anunciarle que el día de la desgracia había llegado al fin. (Juegos de la edad tardía. Luis Landero)

Narrador observador

Luego se habían metido poco a poco las dos y se iban riendo, conforme el agua les subía por las piernas y el vientre y la cintura. Se detenían, mirándose, y las risas les crecían y se les contagiaban como un cosquilleo nervioso. Se salpicaron y se agarraron dando gritos, hasta que ambas estuvieron del todo mojadas, jadeantes de risa. (El Jarama, Rafael Sánchez  Ferlosio)

Narrador protagonista

Me niego a corresponder, a representar el papel de esposa de alto status, que esconde su cansancio tras una sonrisa, lleva la batuta en conversaciones sin fuste, pasa bandejitas y se siente pagada de su trabajera con la típica frase: Has estado maravillosa, querida. ( Nubosidad variable. Carmen Martín Gaite).

DE 1ª PERSONA

NARRADOR PROTAGONISTA. El narrador es también el protagonista de la historia, que puede ser una autobiografía real o ficticia.

El narrador-protagonista cuenta su propia historia. El narrador en primera persona (yo) adopta un punto de vista subjetivo que le hace identificarse con el protagonista y le impide interpretar de forma absoluta e imparcial los pensamientos y acciones de los restantes personajes de la narración. Es el tipo de narrador que se utiliza en géneros como el diario o la autobiografía. En nuestra literatura, es la voz narrativa típica de la novela picaresca, cuyo mejor ejemplo puede ser el Lazarillo de Tormes.

 NARRADOR PERSONAJE SECUNDARIO. El narrador es un testigo que ha asistido al desarrollo de los hechos. El narrador testigo es un espectador del acontecer, un personaje que asume la función de narrar. Pero no es el protagonista de la historia, sino un personaje secundario. Cuenta la historia en la que participa o interviene desde su punto de vista, como alguien que la ha vivido desde fuera, pero que es parte del mundo del relato. Ejemplo de este narrador son los cuentos de Sherlock Holmes.

MONÓLOGO INTERIOR. El monólogo interior (también conocido como stream of consciousness o como flujo de conciencia) es la técnica literaria que trata de reproducir los mecanismos del pensamiento en el texto, tales como la asociación de ideas. Ejemplos notorios aparecen en la obra de Virginia Woolf y James Joyce.

DE 2ª PERSONA

El narrador habla en  2ª persona. Crea el efecto de estar contándose la historia a sí mismo o un yo desdoblado, o algún personaje en concreto, como si mantuviese un diálogo imaginario. Es la voz narrativa menos empleada. Es el tipo de narrador menos utilizado. Tiene las características del narrador autodiegético  porque suele contar su propia historia. Es un tipo de narrador que busca la complicidad del lector. Por eso se dirige constantemente a él. Aunque utiliza los paradigmas de segunda persona no pretende identificar a nadie en particular.